martes, 11 de diciembre de 2012

DISCAPACIDAD Y ACTITUD SOCIAL


Rafael Mingo



Según la OMS, cerca de un billón, si, un billón de personas en el mundo, vive con algún tipo de discapacidad. Todos ellos se enfrentan a diario a la discriminación, a barreras físicas y psicológicas, a barreras tecnológicas, de comunicación, legislativas, etc. Por encima de todas ellas y al mismo tiempo, hay que añadir las barreras de actitud social y política, por cierto, los políticos siempre por detrás y lejos de los problemas reales de los ciudadanos.



  Formando parte de ese billón de seres, tenemos además entre 110 y 190 millones de personas con algún tipo de discapacidad, que no tienen acceso a la sanidad, educación y empleo y, aquí, en nuestro país la gente se queja de lo que tiene. El  que fuera presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, una persona con discapacidad física, manifestó: "Sabemos que no existe igualdad de habilidades y destrezas, pero insistimos en que debe existir igualdad de oportunidades".



La sociedad en general, no es consciente de la magnitud del problema que vive a diario este colectivo que lucha con todas sus fuerzas   para formar parte e incluirse en la sociedad que de alguna manera le da la espalda. Uno se pregunta cómo actuarían las personas que tienen la suerte de acceder a todos los bienes que proporciona el Estado y un día por cualquier motivo se les denegara el acceso a la educación, transporte, justicia, empleo, salud, deportes, entre otras, ¿cómo asimilarían esta nueva situación? La pregunta merece una profunda reflexión.



Llama la atención que las iniciativas y propuestas para la inclusión de este segmento de la sociedad, partan de asociaciones y entidades que sin ánimo de lucro, luchan para conquistar el espacio que les corresponde como ciudadanos iguales ante la ley y con los mismos derechos del mundo “normalizado”. La sociedad en su conjunto, necesita cambiar la actitud hacia el colectivo de personas con distintas cualidades; este parece ser, el principal problema.



El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, fecha elegida por las Naciones Unidas en 1982. La mayoría ignora esta fecha. Aquellos que la conocen, casi siempre es porque en su entorno hay personas que tienen algún tipo de discapacidad, pero, repito, la mayoría de los ciudadanos están al margen de este tema. Parece que lejos de “amar al prójimo como a sí mismo”, la sociedad viva una época donde cada uno “juega” para él, sin entender que el mundo está compuesto por otros; en definitiva, no interesan los problemas del otro en la medida que no le afecten a uno.



Mucho es el camino por recorrer para asimilar y aplicar estos principios al mundo de cualidades diferentes: humanismo social, igualdad, solidaridad, integración, inclusión, corresponsabilidad, equidad, no segregación, no discriminación, respeto por la diferencia y aceptación a la diversidad. La sociedad es poco empática y si algo inicua con el colectivo de cualidades diferentes. La falta de información, y también de interés  de los entes públicos, contribuye de alguna manera a que la sociedad no se corresponsabilice con este problema; también el vacío en los medios de comunicación, incapaces de tratar de manera educativa e igualitaria, contribuyen a que el mundo de diferentes no encuentre el espacio que les corresponde. TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY.



Muchos países no cumplen las normativas dirigidas al mundo de la discapacidad, por eso la OMS insiste en la necesidad de promover el acceso a los servicios generales, invertir en programas específicos para las personas con discapacidad, adoptar una estrategia y plan de acción nacionales, mejorar la educación, formación y contratación del personal, proporcionar una financiación adecuada, aumentar la conciencia pública y la comprensión de las discapacidades, fortalecer la investigación y la recopilación de datos y, garantizar la participación de las personas con discapacidades en la aplicación de políticas y programas. Un buen paquete de medidas que los gobiernos de los diversos países deberían contemplar, con responsabilidad y empeño. 



En medio de todo esto encontramos a los padres y madres del colectivo. No resulta fácil ser padre o madre de una persona con cualidades distintas. Sufren un gran deterioro físico y psicológico, se olvidan de sí mismos para entregarse por completo al hijo, viendo como se deteriora su salud, la vida social, el trabajo, el tiempo libre, su autoestima, horas de sueño y…Por todo ello, merecen un inmenso respeto quienes dan todo lo mejor de su vida a cambio de nada, solo por el gran amor a su hijo, a su familia. Las administraciones públicas, las instituciones y empresas privadas, la sociedad en general, deberían ser conscientes de esta realidad de desigualdad que existe entre familias con algún miembro discapacitado y familias donde no existe el problema y tratar de acabar con esta situación injusta y discriminatoria.


La sensibilización de la comunidad está avanzando, lentamente, pero avanzando, aunque el proceso hacia la igualdad real será largo y de mucho sacrificio. Padres y madres, a vosotros os dedico este artículo, con humildad y mucho cariño. Sois luz y ejemplo vivo para todo el mundo “normalizado”.

viernes, 7 de diciembre de 2012

LOS ARTISTAS OLVIDADOS DEL DÍA MUNDIAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

  Rafael Mingo

Presidente COCEMFE MAESTRAT
Parada de COCEMFE MAESTRAT en CASTELLÓN
Una manifestante discapacitada
Observadores discapacitados viendo la obra de tealtro reivindicativa














Los artistas olvidados representando la obra




Una de las actrices realizando su papel




 

Un momento drmático: Una espectadora tira una bolsa de basura sobre los discapacitados
Momento de la lectura de un manifiesto sobre el estado de la discapacidad
Aspecto de la plaza

Momentos dramáticos:¿Cómo salir del abandono social?
Queriendo escapar de la soledad y el dolor







El Sr. Alcalde de Castellón con representantes de COCEMFE MAESTRAT

jueves, 6 de diciembre de 2012

DÍA MUNDIAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD



Rafael Mingo

Es preocupante que el público en general, y más los políticos en particular, ignoren que en el mundo existen mil millones de personas con algún tipo de discapacidad; solo en España tenemos más de dos millones. Grave es que lo ignoren, más grave que no se pongan las medidas para paliar en lo posible tantos problemas a los que se enfrentan estas personas y sus familiares a diario.

Digo esto porque el día 3 de diciembre se celebró en todo el mundo el día de la discapacidad, COCEMFE MAESTRAT y su CLUB BAMESAD, estuvo presente en los actos que se celebraron en Castellón para apoyar al conjunto de entidades y asociaciones que sí se preocupan del colectivo. Es un día en el que se realizan muchas actividades con el único fin de promover la toma de conciencia de la gente y también de los políticos sobre la magnitud y consecuencias que padece este colectivo. 

Un grupo de ellos, con algún tipo de discapacidad, mostraron ante el público congregado allí, Plaza Santa Clara (Castellón), a través de una obra teatral, con una duración escasa de 10 minutos y,  mediante la expresión corporal, cuán lejos está la sociedad de esta realidad y qué mínima es la “pre-ocupación” de los políticos en buscar soluciones para el mismo. Dejaron bien patente que están abandonados y se sienten “basura”. La obra nos puso los pelos de punta a todos los asistentes. 

Por allí pasó el Sr. Alcalde de la Ciudad, acompañado de la Sra. Concejala de Bienestar Social, no sé si tomaron nota de las inquietudes y de los enormes problemas del colectivo  que allí se mostraron.  Creo que su paso por dicha plaza fue meramente testimonial, ojalá que esté equivocado.

Se dio fin al acto con la lectura de un manifiesto, en el que se expresaba con meridiana claridad, la precaria situación en la que se encuentran estas personas y las organizaciones del sector y, llamar la atención de la clase política para que no se retroceda en el campo de los derechos de las personas con discapacidad conquistados a lo largo de la amplia y consolidada trayectoria del tejido asociativo. No siempre son motivos económicos.

 Todos somos responsables de que la inclusión social de las personas con distintas CAPACIDADES sea una realidad, depende de nosotros y de las barreras que la sociedad  ponga en su camino y no de la deficiencia, ACTUEMOS. 

sábado, 1 de diciembre de 2012

PINCELADAS Y LOCURAS EN LA RUEDA ALEMANA
















MI TRAVESÍA SOBRE LA RUEDA ALEMANA



Rafael Mingo


Transcurrían los últimos años de los 60. Estudiaba para ser Profesor de Educación Física. Un día, por casualidad, junto a unos compañeros de estudios, encontramos en nuestro centro, en un rincón inhóspito, un aparato que nos llamó la atención, pues jamás lo habíamos visto en competición alguna. Desde su descubrimiento tuvimos enormes deseos de probar “fortuna”, como así fue, en dicho aparato. Subimos en esta enorme rueda y sin quererlo, y mucho menos sin saberlo, nos habíamos transformado en los inventores de la Rueda Alemana en España (Rhönrad en alemán); así se sigue llamando lo que era un nuevo deporte para nosotros.  

Ninguno teníamos ni idea de qué se podría hacer en dicho aparato. Fuimos descubriéndolo a base de golpes, caídas, con riego elevado de rompernos algún que otro hueso, incluidos los de la cabeza. Estas ruedas eran de hierro puro, con lo cual, los ejercicios que íbamos inventando los hacíamos con gran dificultad y riesgo  pues se realizaban sobre cemento o  tierra. Aquello patinaba como un esquí en la nieve. Hubo caídas para no contarlo, los compañeros, aquellos que observaban nuestras evoluciones, cada vez que nos veían caer exclamaban: otra vez ha roto el suelo. Sabían que jamás nos pasaba nada, verdaderamente aquello era milagroso.

Alguien pensó que las ruedas podrían ser forradas con goma. Así fue, con goma de  manguera  forramos las ruedas. Las gomas se sujetaban con abrazaderas, sobre los aros untados con un pegamento especial para asegurar su fijación. Realmente, aquello fue un gran invento que nos evitó muchas lesiones y logramos aprender más rápido, eso sí, sin ninguna metodología y sin objetivos previstos. Con el tiempo logramos que las ruedas se fabricaran con las gomas ya incluidas; este fue un paso realmente asombroso, aunque las ruedas pesaban, ¡¡uf si pesaban!!  

Sin conocimientos de ninguna clase, sin metodología ni referencias históricas sobre la Rueda Alemana, fuimos capaces de evolucionar rápidamente apoyándonos los unos en los otros, logrando realizar ejercicios de mucha dificultad y riesgo. En un principio los ejercicios eran muy estáticos y poco coordinados, sin embargo, no tardamos en lograr que estos ejercicios se enlazaran y coordinaran formando figuras de un gran valor estético. Nació en España la RUEDA ALEMANA, gracias a unos pocos “locos” que creyeron en sí mismos y en sus posibilidades.  El único centro donde se practicaba este deporte de riesgo era la Academia de Mandos “José Antonio”, en Madrid, después fueron apareciendo otros centros, pero sin ningún éxito.  
¿Por qué Rueda Alemana? Fue inventada por un alemán y fue allí, en Alemania, donde un señor llamado Otto Feick construyó la primera rueda, la cual nada tenía que ver con las actuales y mucho menos con las que utilizábamos los gimnastas de esta especialidad aquí, en España. Las ruedas actuales están hechas a piezas y con materiales muy livianos, por supuesto son desmontables y su peso es más pequeño, con lo cual se pueden transportar fácilmente en espacios reducidos y lo más importante, son muy manejables y el aprendizaje es más rápido y seguro.

Mi experiencia con la Rueda Alemana duró cuatro años con alto rendimiento, aunque es verdad que, una vez terminada la carrera y logrado mi primer destino en Castellón de la Plana, concretamente en el I.E.S. “Francisco Ribalta”, seguí entrenando pero sin objetivo personal alguno. Me contrataron para dar clases de mantenimiento en el Estadio Castalia de la ciudad. Allí hice comprar dos ruedas alemanas. Realicé varias exhibiciones, el público se entusiasmaba viendo aquel espectáculo. Quise introducirlo entre los estudiantes, pero no se animaron. Lo veían altamente peligroso. Fue un fracaso rotundo. Me quedé solo ante el peligro, realizaba alguna que otra exhibición, pues como espectáculo, repito, si tuvo éxito y mucho.

El siguiente capítulo comenzó a gestarse en la antigua Universidad Laboral de Cheste, Valencia. Fue mi nuevo destino. Allí también logré que se compraran 2 ruedas. El fracaso fue grandioso, al igual que en Castellón. Los alumnos no querían saber nada de este artefacto, lo consideraban  peligroso y tenían toda la razón, era muy peligroso y difícil de aprender. Al menos, en este centro, lo intentaron. Seguí realizando exhibiciones, eran la admiración de todo el público, en este sentido, me sentía muy orgulloso y agradecido. Al marchar de la Universidad Laboral de Cheste quedaron allí las ruedas, arrinconadas y olvidadas, hasta que una persona se fijó en ellas y…

Bien, como he dicho, mis comienzos en la Rueda Alemana fueron autónomos y sin ningún patrón o metodología. Muchos años después, cercanos los noventa, gracias a Consuelo Martínez Martínez, Profesora Titular de la Facultat Ciències de L'Activitat Fisica i Deportiva, que se encontró con mi antigua rueda y qué casualidad, también a ella le llamó la atención, tanto, que comenzó a desarrollar una metodología… y que puso en práctica con éxito en su facultad. Yo aprendí que los movimientos que realizaba en mi “vieja” rueda, unos se llamaban ejercicios en LÍNEA, es decir, desplazamientos   con los dos aros de la rueda sobre el suelo. Yo lo denominaba desplazamientos hacia un lado u otro, con una mano, con las dos manos y sus combinaciones e incluso sin manos.  …ESPIRALES, no sabía que realizar ejercicios sobre un solo aro de la rueda se llamaban así, sencillamente para mí y mis compañeros, eran caídas adelante o hacia atrás, con dos manos y con una sola. Yo, personalmente, intenté sin manos, nunca lo logré. Los SALTOS sí, estos eran idénticos. Sin embargo actualmente no hacen, o al menos no lo he visto, EQUILIBRIOS encima de la rueda; esto fue un invento mío de alto riesgo, como podréis ver en las fotos que en este mismo blog publicaré.

    Fueron muchos los eventos deportivos en los que participé durante varios años en esta modalidad que llegué a amar y odiar al mismo tiempo.  Intervine en dos Gimnastradas Internacionales donde la Rueda Alemana era uno de los “platos” más atractivos. Fui elegido, junto a otros cuatro compañeros, para participar en El Gran Premio de T.V.E. Tuve la suerte de ganar dicho concurso, (he de decir que cualquiera de los cinco, hubiera podido ser el campeón, todos íbamos muy preparados y éramos los mejores en esos momentos de España). Realicé junto a mis compañeros, exhibiciones en múltiples eventos deportivos.

Me entrenaba diariamente durante varias horas, horas que restaba al  estudio, la diversión…etc. Mientras mis compañeros de promoción se divertían, yo estaba realizando entrenamientos agónicos de Rueda Alemana. Lo que un día comencé como diversión y formación divertida, se transformó en obligación, el Director de la Academia me exigía preparación y rendimiento para realizar las exhibiciones que él creyera conveniente. En algún momento le pedí que me dejara abandonar los entrenamientos de la Rueda Alemana, pero no lo logré.

Una pista polideportiva de 20 X 40 m. aproximadamente era el lugar de mis entrenamientos. Allí, muchas veces en solitario, ensayaba, una y otra vez, aquellos movimientos que más tarde formarían parte del repertorio de las exhibiciones. También contaba para entrenar con un patio de tierra, donde filas de árboles llenaban el paisaje. La pista polideportiva era continuamente “admirada” por los estudiantes que, desde las ventanas, miraban mis evoluciones y por supuesto mis caídas, las cuales siempre eran aplaudidas. En el patio de tierra, entre las filas de árboles, dedicaba mucho tiempo al entrenamiento de eslalon, lo mismo que se hace en el esquí. En una ocasión estuve a punto de matarme. En uno de esos giros, tuve la mala suerte de que una parte de la rueda diera en el árbol: salí despedido, la rueda me dio en la cabeza al mismo tiempo que me estampaba contra el árbol. Fueron minutos de angustia y zozobra para las personas que presenciaron aquello, yo quedé inconsciente durante esos minutos.  Como siempre, los compañeros decían, “ya ha roto la rueda, una más”. Al ver que no me movía, fueron a buscarme. Todo esto me lo contaron después. A los seis minutos, según mis compañeros, volvía a nacer. Así transcurrieron cuatro largos años de entrenamientos agónicos, jugándome la vida en cada uno de ellos. Por eso, mi amor y mi odio a este deporte que tanto me dio y que tanto me quitó.

  No tenía  ninguna de las habilidades que se necesitan  para dominar la Rueda Alemana. Poco a poco fui adquiriendo destreza y percepción corporal, dos cualidades indispensables para poder crecer en el conocimiento y práctica de la Rueda Alemana. Musculación me sobraba, pero me faltaba flexibilidad, por lo que también me faltaba estética. Logré con el tiempo y los duros entrenamientos, tener una buena orientación espacial, muy necesaria para dominar los movimientos que se  hacen sobre este artefacto. Equilibrio no me faltaba y, gracias a ello, fui capaz de realizar ejercicios de gran dificultad. He nombrado alguna de las cualidades indispensables para dominar la Rueda Alemana. No menos importante era tener valor, espíritu de sacrificio y superación, un organismo equilibrado y una mente poderosa. Con todos estos ingredientes, se puede intentar subir a la Rueda Alemana; los resultados, el éxito, siempre son producto de la entrega, la suerte, el esfuerzo en su máxima expresión y la renuncia incondicional a los “placeres” de la vida. Al menos, ese fue mi caso.

Dar las gracias a D. Ignacio Manchón, profesor que tuve el honor de tener en mis años de estudiante y persona que quiso ayudarme y no solo a mí, también a mis compañeros. Siempre fuimos por delante de él, pero lo intentó, eso fue lo más importante. También gracias a Consuelo Martínez Martínez, que tuvo el coraje de continuar con éxito este magnífico, atractivo y bello deporte, no solo en Valencia, sino por muchas otras regiones españolas.

Un recuerdo muy especial a los compañeros que conmigo, fueron elegidos para ir al Gran Premio de T.V.E : José Ramón Pou Blanco, Jaime Ávila Pardo, Rafael López Navajas y Miguel Torralba Jordán. Maravillosos compañeros, maravillosas personas. También recordar a alguno de los que lo intentaron, entre ellos Antonio Ocaña González, Luís Fernando Sarraseca y…tantos y tantos que se quedaron por el camino.

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. (Mahatma Gandhi).



Con esto me quedo