Rafael Mingo
El fútbol a estas edades, benjamines, satisface la necesidad
de movimiento de los niños y la necesidad de juego; al mismo tiempo les aporta
beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales. Es fundamental promover la
salud de los mismos, la socialización y valores de comportamiento, así como
desarrollar su personalidad y aceptación y cumplimiento de las reglas del juego
y del equipo.
Sin duda alguna, el equipo de Benjamines de Villaconejos
cumple con todos estos requisitos, tiene valores como: respeto, cooperación,
competitividad, trabajo en equipo, participación de todos, compañerismo,
autodisciplina, deportividad y juego limpio, obediencia y otras muchas y buenas
cualidades.
Tuve la suerte de ver un partido de estos “peques” en las
instalaciones de la Ciudad Deportiva del Villarreal, lugar donde entrena el
primer equipo y el resto de categorías inferiores. Aquí disponen de cinco
campos de césped artificial y tres más
de césped natural, además de otras importantes instalaciones.
Decía que tuve la suerte de ver un partido de estos “benjamines”
de Villaconejos y me sorprendieron por su voluntad, coraje, entrega,
disciplina, solidaridad, respeto…, también por su buen juego y posición en el terreno
de juego.
Ojalá que todos estos valores vayan transmitiéndose de
categoría a categoría: cambiarían sin duda alguna el concepto del fútbol, se
parecería al mío, pues, considero que existen jugadores con pocos valores, y
muy lejos del comportamiento mostrado
por estos chicos de Villaconejos.
Por todo esto, aquellos que nos dedicamos al deporte
deberíamos mantener una visión humanista del mismo, donde lo que nos preocupe
de verdad sea la persona, sus intereses y sus necesidades. No tanto como ganar
de cualquier modo. También en esto, los benjamines de Villaconejos demostraron
que a su lado tienen un buen entrenador que se preocupa de ellos y les educa en
el camino correcto.
Hacía muchos años que no iba a ver un partido de benjamines,
siempre encontré mala educación y falta de respeto, insultos al árbitro, gritos
a los hijos jugadores, y sobre todo a los del equipo rival…Por todo ello dejé
de asistir a estos partidos.
También en esto, me sorprendió el comportamiento ejemplar de
los familiares, así que decidí quedarme y ver el partido hasta el final.
Enhorabuena a todos, jugadores, familiares, entrenador…, a
todas las personas que lucháis para lograr un equipo ejemplar.