JONATHAN |
Recordar de manera muy sencilla qué es e l síndrome de Down (SD): Trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte del mismo). Dicho esto, deciros que os voy a hablar en esta nueva entrada de Jonathan, y, quién es Jonathan. Es una persona con síndrome de Down y para mí, una persona muy querida, respetada y única. Es muy sensible a casi todo, “cabezota”, mal genio en ocasiones, con carácter, aunque no lo aparente y con una personalidad muy suya. Jonathan es mucho, mucho más de lo que acabo de contar de él, Jonathan es único.
Tuve la suerte de entrenarle en natación durante diez hermosos años, me enseñó muchas cosas, sí, él me enseñó muchas cosas: a valorar al otro, a mirar con dulzura, a decir te quiero como él lo decía, a ser humilde, a comprender lo que es el esfuerzo de verdad, el sacrificio sin límites, la forma entrañable de pedir perdón y…Tantas cosas.
Un día, estando en los vestuarios, unos chicos “normales” se reían de él, me dirigí a ellos con energía y contundencia, después de llamarles la atención con esa energía y contundencia, les cité una frase que aprendí hace años: “si os reís de una persona con discapacidad, él se reirá con vosotros, porque su inocencia sobrepasa vuestra ignorancia. Añadí, lo vuestro, sí que es una gran discapacidad.
Mi trabajo con Jonathan fue muy intenso, a veces muy difícil, sufrí mucho porque los resultados no llegaban y el entrenamiento era muy exigente. Buscaba en él al campeón que llevaba dentro, luché denodadamente para cambiar su estilo natatorio…, fue imposible. Comencé a leer artículos científicos sobre el particular y llegué a la conclusión de que efectivamente lo que yo pretendía era imposible. Personas con este síndrome, tienen unos parámetros cerebrales que son inamovibles, de todas formas no desistí y seguí luchando para lograr lo inalcanzable. Hubo momentos en los que pensé que la ciencia estaba equivocada, Jonathan, de vez en cuando, corregía sus movimientos pero…Nada, eran segundos maravillosos que me ayudaban a creer en mí mismo y a creer en él, pues comprobaba que Jonathan lo intentaba y lo intentaba, tanto que a pesar de no mejorar sus defectos de estilo, si logró rebajar su maraca inicial de 1’10” en crol a 46”, su mejor marca.
Durante los entrenamientos tuve que “castigarle” alguna que otra vez. Cuando él no quería obedecer, ya podías decirle lo que quisieras, no había manera de hacerle cambiar, entonces, le sacaba de la piscina, hablaba con él y le decía que pensara en lo que estaba haciendo, reflexiona Jonathan y cuando lo tengas claro me lo comunicas. A los pocos minutos Jonathan venia, me daba un par de besos y un fuerte abrazo y me pedía perdón. Esa transparencia, esa candidez y sinceridad con la que me pedía perdón…Mi corazón subía de pulsaciones. Nunca le decía que le perdonaba, simplemente le decía, Jonathan al agua y se tiraba al agua diciéndome siempre, si iaio (abuelo). Lo entendía perfectamente y para él, comenzaba de verdad el entrenamiento.
Es un deportista que se entrega con pasión a lo que hace, lo
da todo y por desgracia, no tiene la suerte que merece. Su sacrificio está muy
por encima de los resultados. Por todo
ello, el Consejo Municipal de Deportes de Vinaròs, lo nombró Mejor Deportista
del Año 2013. JUSTO Y MERECIDO.
He realizado muchos viajes con él, como con todos mis nadadores. Siempre guardaba silencio, yo, le miraba a los ojos y pronto sabía cómo estaba, qué pensaba, su estado anímico. Esto lo aprendí con los años. Mi conclusión es que Jonathan es muy feliz con todo lo que hace y que como casi todas las personas que tienen síndrome de Down, él, es un regalo pues imparte cariño, amor, entrega y es incapaz de sentir odio, envidia, rencor. Cuánto tenemos que aprender de él, de ellos.
A ti Pilar, a ti Joan, sus padres
Como dijo el sabio:
Un día vamos a mirar atrás; observaremos todas las terapias, las citas, la falta de sueño, las lágrimas, las rabietas, los triunfos, la ignorancia, la sensibilización, el drama, la aceptación, la lucha, el dolor en el corazón, la fuerza, el amor… Y luego vamos a sonreír porque todas estas cosas hicieron que el viaje valiera la pena cada segundo.
Jonathan, vuestro hijo, es un amor.