lunes, 3 de febrero de 2014

EL USO DE LA TARJETA ES PERSONAL E INTRANSFERIBLE



Rafael Mingo

   La tarjeta de estacionamiento de vehículos para personas con movilidad reducida es una acreditación estándar recomendada por el Consejo de la Unión Europea en 1998 en el convenio marco de colaboración entre la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte. Es un documento para aquellas personas con movilidad reducida acreditada, ya sea producida por una discapacidad o por conductas de difícil control a causa de una grave discapacidad intelectual. También serán destinatarios de la tarjeta las entidades que presten servicios de transporte a personas con movilidad reducida y que así lo demuestren.

   En un país de pícaros como es el nuestro, ESPAÑA, no importa practicar la misma para aparcar en los estacionamientos reservados a las personas con  discapacidad. Coger la tarjeta de un familiar, amigo o conocido con movilidad reducida, colocarla en el salpicadero del coche y dejarlo en una de estas plazas exclusivas, evitando tener que dar vueltas o que pagar la "zona azul", es tan fácil como ilegal.

   El problema es general, es decir, en todos los pueblos y ciudades existe esta picaresca que tanto perjudica a las personas con movilidad reducida, aquellos que si cumplen escrupulosamente las normas para las que se ha creado dicha tarjeta. Aparcar en estos lugares reservados es a veces imposible para personas del colectivo, pues amigos y familiares del mismo, sin ningún tipo de discapacidad, se ven favorecidos con las tarjetas que han sido prestadas por los propios familiares de personas con discapacidad. La picaresca, no tiene límites.

   Una de las normas dice: “La tarjeta ha de estar visible en el parabrisas del vehículo en el cual viaje la persona a la que se ha adjudicado la misma. Solo se podrá hacer uso de ella, sigue la norma, en los espacios habilitados al efecto, siempre que el titular de la tarjeta viaje en el vehículo. Imprescindible pues que la persona habilitada viaje en el vehículo.

   Puntualizando: Las reservas de plazas para personas con movilidad reducida, son para los vehículos que transporten personas titulares de las tarjetas para discapacitados. El documento es personal e intransferible y no puede ser utilizado por ningún familiar o amigo, si el titular no viaja con ellos. Por último decir que, según las normas de utilización de la tarjeta, cuando exista un uso indebido de la misma de forma reiterada (tres veces en un año), supondrá la retirada.

   En este sentido sería bueno que la Policía Local realizara controles periódicos para evitar en lo posible la falta de respeto de la población en general hacia los aparcamientos reservados a las personas con movilidad reducida y especialmente, a la utilización que se hace de estas tarjetas por parte de las personas que las tiene acreditadas. Es hora ya de que la gente se conciencie y actúe en este sentido: La tarjeta es estrictamente personal.  Terminemos entre todos, con la picaresca que tanto daño hace al colectivo de la discapacidad.  







  

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