viernes, 28 de febrero de 2014

CONFIDENCIAS A UN PAPEL



Rafael Mingo

  Mejorar la calidad de vida y colaborar en el proceso de integración e inclusión de las personas con discapacidad, es uno de mis sueños más antiguos y lucho para que se cumpla antes de dejar el Planeta Tierra.

  Sin duda alguna, la actividad física para estas personas es la herramienta más eficaz para la promoción de la salud de las mismas, también para todo tipo de personas, pero especialmente para el colectivo.

  Estos necesitan especialistas muy específicos que se dediquen a ellos, y aquellos que nos dedicamos al desempeño de estas actividades deberíamos incorporar a nuestro currículum una gran capacitación para la enseñanza del entrenamiento deportivo de estas personas tan especiales y una sólida formación en áreas como: medicina, psicología, psicopedagogía de la Educación Física y del Deporte, siempre basada en una excelente metodología.

  Soy consciente de lo que estoy transmitiendo con estas palabras, también de todos mis errores, seguramente muchos, a lo largo de estos años que llevo enseñando las técnicas de natación a mis nadadores, antes, a los jugadores de Baloncesto en Silla. Reconozco y no me avergüenzo, al decir, que mi preparación como Licenciado en Actividad Física y Deporte, no es la más idónea para la enseñanza a este colectivo. Cuando me dieron el título no existía la especialidad, tampoco inquietud hacia estas personas.

  Son motivos de humanidad, solidaridad, compromiso con el grupo, los que me llevaron un día a decir sí. Desde entonces, me han hecho crecer en muchos aspectos, el más importante o lo más importante, es que soy uno más entre ellos. Me siento tan vinculado a sus reivindicaciones, a su lucha por la integración e inclusión social, a sus problemas de salud, a su lucha por el logro de igualdad, a la lucha por los derechos humanos…Soy uno de ellos.

  Pienso que el deporte y la actividad física, ya lo he dicho, les proporciona muchos beneficios físicos, psíquicos y sociales. Por enumerar alguno de ellos, diré que mejoran: la postura corporal, el equilibrio estático,  la coordinación motora…, les disminuye el grado de ansiedad, estrés,   depresión…, les mejora el sueño, su autoestima y, socialmente, les favorece las relaciones interpersonales. Todo esto lo compruebo cada minuto que estoy con ellos.

  Ahora se discute y se publican frases que hacen un gran daño, producen inmenso dolor. He escuchado a políticos decir que la discapacidad “sale muy cara a la sociedad” y una frase pronunciada a una política concreta decir que dejar vivir a un neonato con discapacidad, igualmente sale muy caro. Qué sabrá esta señora, qué sabrán, aquellos que matan o asesinan a sus hijos dentro del vientre. A mi hija la dejé nacer; en el año que nacía, aún no existían los medios que detectarán anomalías en el feto o simplemente el estado del feto. La historia es larga y no entra en este espacio. El médico que llevaba el control a mi mujer, nos preguntó si de verdad, después de todo lo ocurrido, queríamos que naciera lo que llevaba dentro. SÍ. Tenemos una hija preciosa y preparada.

  ¿Por qué digo todo esto? Parece que hay gente empeñada en hacer desaparecer a todo aquel que tenga “un defecto”, así se hacía en la antigua Esparta. Qué hacemos pues con las personas con algún tipo de discapacidad, ¿los eliminamos a todos? Quien piense que una persona con discapacidad es un estorbo “caro”, está equivocado y no conoce este colectivo y es un ignorante. Da lo mismo que sea un no nacido, a mitad de la vida o al final del camino.

  Un día, hace muchos años, un accidente deportivo estuvo a punto de dejarme en silla de ruedas para siempre. Después de mi curación brilló una luz en mi interior que iluminó el camino a seguir. Ese día hice un compromiso con la VIDA, por eso estoy donde estoy. Comprobé por mi mismo que no estamos preparados para convivir con una discapacidad, y tampoco pensamos que en algún momento nos puede ocurrir. Por todo ello, quiero compartir mi tiempo, mi experiencia, mi trabajo, mi solidaridad con todos ellos, pues todos ellos son maravillosos seres humanos con grandes cualidades. 

  Por todo esto que he expresado estoy aquí, con ellos, luchando para que en la piscina tengamos los mismos derechos, o simplemente, tengamos una piscina en condiciones, también por un material deportivo que les haga disfrutar más y…por tantas y tantas cosas que de momento les diferencia del resto.

  Por la inclusión e integración social, por la participación plena y efectiva en la sociedad, por la igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida, por una salud mejor, y, ¿por qué no? para que todos ellos sean felices y disfruten de la VIDA, de esa vida que sus padres un día decidieron que así fuera y aquellos, que por enfermedad o accidente decidieron dar también un sentido a sus vidas y dijeron, SÍ a la VIDA. Por todo ello, vale la pena entregarse y luchar para lograr conquistar los sueños.


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