miércoles, 10 de agosto de 2011

DISCAPACIDAD, AUTONOMÍA Y VOLUNTARIADO

Rafael Mingo

Es necesario que en España y ¿por qué no?, en el mundo entero, se forme un fuerte grupo de voluntarios que luche por conseguir que el mundo de la discapacidad trabaje unido y consiga ir avanzando hacia delante, encuentre su independencia y logre disfrutar de la igualdad en la vida, en definitiva, puedan ser realmente autónomos. Se han conseguido avances, se está luchando por el logro de cosas importantes para ellos pero, al mismo tiempo, se cuenta muy poco con ellos.

Hay que dar ese paso decisivo de participación plena en igualdad y como los demás, en todos los ámbitos sociales. Sencillamente, se trata de avanzar para que ellos, los discapacitados, se transformen en sujetos activos de sus propias vidas y no sigan siendo participantes pasivos de las mismas.

Ellos, a través de sus capacidades, inmensas, necesitan ese ”empujón” que les lance definitivamente  a esa participación activa. Son ya muchas las personas, las que han logrado abrirse paso en la vida, demostrando que a pesar de sus “diferencias” son idénticas al resto de los mortales. Los medios de comunicación, no con la asiduidad que debieran hacerlo, llevan a sus pantallas algunos de los casos de los que se habla en estas líneas. De ellos también se aprende y mucho. Trabajar juntos es la única manera de aprender los unos de los otros y también la de lograr formar una sociedad de iguales, con todos los derechos, sin excepción.

Decir que en el mundo existe un 10 % de hombres y mujeres discapacitados no es impactante, pero si subrayamos que este 10 % supone más de 500 millones de personas discapacitadas en todo el universo y que va en aumento, es una cifra para hacernos pensar y actuar frente a esta realidad que sin duda alguna influye  en muchas familias.

Por todo ello y porque los estados en general no hacen cumplir las leyes dictadas para el mundo de la discapacidad, es necesario ese voluntariado potente, capaz de lograr para el colectivo los derechos humanos básicos, y un día no muy lejano, TODOS, puedan mostrar sus caras al mundo, sin vergüenza y con orgullo.

El artículo 26 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea reconoce el derecho de las personas discapacitadas a "beneficiarse de medidas que garanticen su autonomía, su integración social y profesional y su participación en la vida de la comunidad". Si echamos una mirada a nuestro rededor, podemos comprobar (al menos aquellos que trabajamos en el mundo de la discapacidad), que todo esto es pura letra sin contenidos y que muchos discapacitados, no saben qué es la autonomía y, mucho menos, la participación en la vida de la comunidad.

Ese voluntariado potente está por venir. Son muchas las actividades que no se pueden realizar en el mundo de la discapacidad por carecer de ese voluntariado capaz de conquistar los mismos derechos de los que disfruta cualquier ciudadano para las personas con cualidades distintas y garantizarles el disfrute efectivo de las mismas.

Llamar la atención de la sociedad en general para que estas personas en particular, sean capaces de circular por las ciudades sin obstáculos, puedan acceder a cualquier servicio y lo que es más importante y decisivo: NO SEAN EXCLUIDAS DE LA VIDA REAL. Todo depende de cada uno de nosotros y fundamentalmente, de que los estados, todos los estados, hagan cumplir las leyes y las normas para el mundo de la discapacidad.

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