AYUDANDO A CONSTRUIR UN MUNDO DE IGUALES
Rafael Mingo
Somos muchos los voluntarios que trabajamos para conseguir que el mundo sea igual para todos y en plenitud. Me surge una pregunta, ¿es nuestro mundo “un mundo con acceso para todos”? La respuesta es sencilla y muy cruda para tantos y tantos “iguales pero distintos” que viven en este mundo “en plenitud” de desigualdad. Por esto y por cambiar muchas cosas más, luchamos los voluntarios. Queremos que los sueños de los discapacitados se hagan realidad, que sepan luchar para conseguirlo y que esa frase que circula por el mundo: “la discapacidad significa la muerte de los sueños”, sea superada por sueños hechos realidad, demostrando así, que todos vosotros sois capaces de transformar lo difícil en fácil y lo imposible en posible.
Jesús Raga, primer alcalde tetrapléjico en España, con ocasión de su posesión del cargo de Alcalde decía: “No hay que lamentarse cada día de que estás en silla de ruedas y no puedes mover las piernas o los brazos; tienes que asumir la situación en la que estás y darle un poco de movimiento a la vida”.
De eso se trata, de ayudarles a conocer sus posibilidades y descubrir las muchas y distintas cualidades que sin duda tienen todos ellos. Los discapacitados son también nosotros. A caso, los que nos llamamos y sentimos “normales” ¿somos iguales?, ¿no sabemos que las diferencias nos enriquecen como humanos? Ellos son iguales, con capacidades diferentes y extraordinarias. Por todo ello, es esencial que haya una sensibilización social importante hacia este colectivo, que puedan integrarse en la sociedad, con sus ilusiones y motivaciones y, desde la diferencia, buscando “la igualdad de derechos y oportunidades y no discriminación, accesibilidad universal y libertad individual”y por supuesto, exigiendo a todas las administraciones públicas una atención muy especial a este colectivo y así ayudarles a construir un mundo de iguales en la práctica, no solo sobre el papel, donde puedan convivir y desarrollarse sin “obstáculos”,.
Sueño que un día no muy lejano, la sociedad en general será capaz de poner sus miradas en todo aquello que son capaces de realizar estas personas y no en su discapacidad y añado: son discapacitados, NO IMCAPACITADOS. Ese día habremos dado un gran paso hacia delante.
Ya para terminar quiero expresar en voz alta que mi trabajo como voluntario con “los diferentes” no lo cambio absolutamente por nada. No cambio la sonrisa inocente de Álvaro, la “tozudez” de Jonatan, el agradecimiento de mis jugadores de baloncesto en silla de ruedas, la colaboración de mis compañeros voluntarios…, el cariño y el amor que desprenden cada uno de mis deportistas. No, no lo cambio por nada y pido, y lucharé junto al voluntariado para que todas las personas a las que atendemos se integren en un mundo de iguales y sin fronteras. Ya se que es un sueño, pero un sueño que con la ayuda y colaboración de toda la sociedad, puede llegar a ser una maravillosa realidad.
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