PARTIDO DE BALONCESTO EN SILLA EN ALCANAR
Rafael Mingo
COCEMFE MAESTRAT y su CLUB BAMESAD se
sienten parte de algo, de algo que se mueve y que se sabe a donde va. El camino
de la igualdad, de la integración y de la accesibilidad es muy largo, y lo es
porque la propia sociedad en su conjunto está empeñada en que así sea. Luchando
como lo hace COCEMFE MAESTRAT y su CLUB BAMESAD, será posible que todo esto
cambie, ya está cambiando, pero necesitamos como sociedad colaborar y
participar más y más, para ver que en nuestro barrio, en las calles de nuestra
ciudad y de todas las ciudades, lo extraño sea que un ciudadano no colabore en
esta hermosa tarea de la integración de estas magníficas personas, sin pedir
nada a cambio.
COCEMFE MAESTRAT y su CLUB BAMESAD acudió
a Alcanar para jugar un partido de baloncesto en silla con jugadores de los
equipos que militan en distintas categorías del baloncesto normalizado de dicha
localidad. Allí había solo unos pocos jugadores. A pesar de todo, hicimos un
partido digno y entretenido pero, sinceramente, ni tan siquiera nos sirvió para realizar un buen
entrenamiento: 15 – 65 a
nuestro favor. El resultado no interesa, interesa la participación de la gente,
que se involucre en estos acontecimientos con una participación activa y real,
y esto no sucedió. Estuvimos en todo momento desangelados sin apenas público y
donde nunca nadie apareció representando a la Corporación Municipal.
Así, la integración del mundo de la discapacidad es más difícil y será mucho
más larga.
Hablando del partido, los nuestros
realizaron una pequeña exhibición de juego, demostrando una vez más que el
deporte no tiene barreras y en el que tanto los jugadores normalizados del Club
Alcanar como los asistentes en el Pabellón Polideportivo, pudieron comprobar de
primera mano, - los unos desde las sillas de ruedas y los otros desde las
sillas de las gradas, - que todo es posible. Al menos me quedo con la frase de
un espectador que, curioso, seguía las evoluciones de nuestros jugadores: “Es complicado
jugar a la manera convencional pero qué difícil es jugar sentado en una silla”.
“No solo es difícil, supone un gran esfuerzo y sacrificio”, le contesté.
Decir que el deporte adaptado, a través
de estos eventos, es toda una realidad, pero estamos muy lejos de que esto sea
así, al menos esta es la sensación que nos ha quedado tras disputar este
encuentro en Alcanar. “El deporte, sin apellidos, debe servir de
ejemplo de concordia y unión de toda la gente”.
A pesar de todo, queremos dar las gracias
al Ayuntamiento de Alcanar, por invitarnos a participar de este modo en sus
fiestas y, a los jugadores del Club de Baloncesto de Alcanar, que amablemente
se ofrecieron para jugar este encuentro.