Nuestros
lectores seguro que no han olvidado a José Luis Mingo Solís, aquel ATS de
Brihuega que hace unos años saltó a las primeras páginas de los periódicos por
sus problemas con el INSALUD y la forma que tenía de protestar., Cansado de
realizar sus desplazamientos a pie, viajó en la burra "Ambulancia" de
pueblo en pueblo. Paradojas de la vida, una ambulancia, de las de verdad, ha
estado a punto de llevárselo al otro mundo.
Quiero dedicarte este espacio en mi blog por el cariño y el amor que te tengo. Estoy orgulloso de ser tu hermano y admiro a todos aquellos que como tú, son capaces de luchar sin importarle las consecuencias.
LAS
"AMBULANCIAS" DEL ATS DE BRIHUEGA
Siete meses de
baja para José Luis Mingo
JESÚS SANZ
GAITÁN (Nueva Alcarria)
Eran las seis
de la tarde del día 21 de octubre 1997. José Luis Mingo estaba fuera de
servicio y, como cada año, había cogido su sitio de privilegio para seguir el
encierro de la Feria Chica
de Brihuega. Los toros ya habían subido cuatro veces por donde él estaba. El
ATS de Brihuega decidió entonces bajar hacia su casa. Pero en el camino estuvo
a punto de cruzarse con la muerte.
Mientras
caminaba, José Luis Mingo vio como un toro cogía a un corredor y lo volteaba.
El infortunado joven dio con su cabeza en el suelo. El susto fue mayúsculo.
Enseguida todos los que estaban alrededor fueron en su auxilio. “A veces no es
tan imprescindible acudir en ayuda de una persona como saber qué hay que hacer
con ella. A este chico lo estaban moviendo de un lado a otro y vi que podrían
causarle problemas de tetraplejia. A los españoles, en general, nos falta
educación sanitaria para saber lo que hay que hacer en casos como este”.
El ATS de
Brihuega se acercó al grupo y atendió al joven. Entre tanta tensión, nadie se
dio cuenta de que una ambulancia se ponía en marcha. José Luis Mingo tampoco, y
eso pudo costarle la vida. Cuando quiso darse cuenta su cuerpo ya estaba
aplastado contra la pared. Afortunadamente salió con vida pero sufre fractura
de pelvis y de las dos ramas del pubis.
Para José Luis
Mingo, las consecuencias de su humanitaria acción le van a dejar varias semanas
postrado en la cama “tripa arriba y sin poder moverme” como él dice. Pasarán al
menos siete meses hasta que vuelva a recuperarse totalmente.
“He estado
ingresado en la Residencia
diez días y ahora me toca estar en casa, en reposo. Esto no puede operarse y
hay que mantener reposo hasta que se unan los huesos” dice José Luis Mingo.
El ATS de
Brihuega sabe que lo va a pasar mal. Su carácter inquieto no es la receta más
adecuada para esta situación. Ahora pasa la vida entre videos, periódicos y con
las numerosas visitas que recibe. Pero no todos se han portado igual. El joven
al que atendió coincidió con él en la residencia pero, cuando le dieron el
alta, no se dignó interesarse por su estado. Con todo, el ATS de Brihuega no
pierde ese fino humor del que hacía gala cuando se echó hace cuatro años por
los caminos de la Alcarria
para protestar por su situación laboral. “Antes corría mucho y ahora, mira,
estoy parado”.
En el mismo
sentido dice: “La vida, a veces, tiene paradojas increíbles. Yo he viajado en
una burra que se llamaba "Ambulancia" y ahora una ambulancia de verdad la que casi me lleva
al otro mundo. El conductor está muy afectado pero yo le he dicho que no se
preocupe, que en vida, a veces, suceden estas cosas hay que seguir para
delante”.