Artículo escrito ya hace algunos años. Sigo pensando lo mismo, eso sí, convencido de que la política no es para mi.
RAFAEL MINGO
Soy nacido a escasos kilómetros de la capital de España. Un pueblo pequeño dedicado en gran parte al cultivo del melón y famoso precisamente por esta fruta tan exquisita. Mi pueblo se llama VILLACONEJOS, a media distancia entre Aranjuez y Chinchón.
Hace muchos años mi padre, ya fallecido, era el médico y ginecólogo de este pueblo. Le hicieron Alcalde. Luchó por la dignidad de sus ciudadanos. La dignidad él la entendía así: luchar por los pobres, enseñar al que no sabía, escuchar a todos, adecentar las calles, llevar el agua a las casas y también la luz, hacer carreteras, construir escuelas, realizar cursillos prematrimoniales, cursos de primeros auxilios…, en definitiva, construir una filosofía del bienestar basada en la cultura y la atención a las personas más desprotegidas.
Era tal la obsesión que tenía por la enseñanza y la cultura en general que mandó realizar un pregón a sus habitantes, su primer pregón, en el que se decía: “Todo niño que no vaya a la escuela, pagará su padre cinco duros”. Él mismo colaboraba con los maestros para enseñar a leer y a escribir a todos los niños.
Como todo político, mi padre tuvo a su alrededor muchas personas envidiosas y mal intencionadas, eran los más ricos de “la villa”. Ellos vieron el cariz de popularidad que tomaba el médico del pueblo y al mismo tiempo Alcalde, fundamentalmente por sus grandes obras. Estos envidiosos y malos inventaron algo contra mi padre para echarle como Alcalde y también del pueblo. Mi padre fue a la cárcel, pero un pueblo agradecido se amotinó delante de la cárcel y mi padre, en menos de dos horas, fue puesto en libertad. Después se le ofreció el mejor pueblo de la provincia de Madrid a cambio de su puesto. Él lo rehusó. Continuó en su lugar, haciendo lo que creía justo, lo que era su deber. Nada ni nadie le asustó.
Hace unos meses pensé que yo también podría ser alcalde de mi pueblo y me puse a redactar lo que iba a ser mi programa como ciudadano electo en las próximas elecciones municipales de VILLACONEJOS. Escribí y redacté mi programa basado en tres puntos fundamentales e imprescindibles para mi y creo que para los ciudadanos:
1. El sueldo del Alcalde y el de los Concejales
2. El ocio de la juventud
3. La atención a la 3ª edad
Respecto al primer punto de mi programa dice lo siguiente: el Sr. Alcalde del pueblo renunciará a su sueldo como tal, éste irá destinado íntegramente a una cuenta llamada “CUENTA SOCIAL DEL PUEBLO DE VILLACONEJOS”. Los ciudadanos y solo los ciudadanos de “la villa” podrán utilizar dicha cuenta. Los Srs. Concejales renunciarán, en la medida que puedan y estimen oportuno, en parte o la totalidad de sus honorarios, los cuales también irán a la CUENTA SOCIAL DE VILLACONEJOS.
De esta manera podremos comprobar las intenciones de nuestros políticos: hacerse ricos o, simplemente, servir verdaderamente al pueblo.
Una preocupación, y al mismo tiempo un reto, es el segundo punto. Los jóvenes. Ellos han de expresar el ocio que quieren y yo, como Alcalde si lo fuera, yo, repito me hubiera dedicado en cuerpo y alma a ellos. Charlas, cursillos de formación de toda clase, iniciación a la lectura y fomento de la misma, música, teatro, informática, potenciar los deseos de aprender, etc. Para conseguir el cumplimiento en este punto, organizaría un amplio abanico de actividades dirigido por mi mismo en colaboración con padres y educadores si yo fuera el alcalde. Ellos, los jóvenes, valen la pena y por eso hay que cuidarles y no abandonarles.
El tercer punto son los viejos. Se les llama la tercera edad, a mi no me gusta, les llamo viejos y a mi me gustaría que me llamasen viejo cuando lo sea.
Merecen respeto, atención, mimos, cariño, gratitud, sonrisas, palabras agradables y de agradecimiento, ellos, nuestros mayores, lo merecen todo, pues todo lo dieron por nosotros; por eso yo, si fuera alcalde, les ofrecería toda clase de atenciones.
A ti padre, perdón, se que mi renuncia a presentarme como alcalde de Villaconejos no te va a gustar. Yo no soy tan valiente como tú lo fuiste, no tengo la preparación tan “enorme” que tu tenías por eso, y entre otras muchas cosas, no me presento a la alcaldía de Villaconejos.
Mi familia me ha convencido. No lo hagas Rafael, te van a despedazar, te hundirán.¿No has aprendido de tu padre?. El sufrió por su pueblo, luchó y se dejó por ellos hasta la última gota y SIN COBRAR. ¿Cómo se lo agradecieron?. Casi le matan, casi le destierran. ¿Qué quieres Rafael?. ¿Quieres que te destruyan?. No lo hagas, no te presentes.
Gracias familia, os hago caso, pero que ganas tengo de ver llegar a la alcaldía de mi pueblo y de cualquier pueblo, un ALCALDE COMO MI PADRE. Gracias papá y perdón, me falta coraje, tu coraje. Un beso