Rafael Mingo
Los
voluntarios de COCEMFE MAESTRAT-BAMESAD luchamos por los mismos objetivos y
creemos que el mundo de la discapacidad puede avanzar hacia la igualdad, integración
e inclusión social, con nuestro trabajo y dedicación, por todo ello, les apoyamos
y les brindamos nuestro cariño y todo nuestro esfuerzo. Somos los voluntarios
del siglo XXI.
Por lo dicho
anteriormente, es inconcebible observar que por razones o discrepancias entre
voluntarios, no se puede abandonar el barco en medio de la tempestad. Las
personas con algún tipo de discapacidad están por encima de cualquier
especulación de tipo personal, ellas y ellos son lo más importante y a ellos
nos debemos cuando hemos elegido voluntariamente
atenderles y ayudarles.
COCEMFE
MAESTRAT y su CLUB BAMESAD vienen realizando un esfuerzo y un trabajo
excepcional a favor de todo este colectivo, incluidas sus familias y las
personas de su entorno, por todo ello, tanto el Presidente como la responsable
del Club BAMESAD, merecen respeto y merecen que todos aquellos que un día nos comprometimos a ser
voluntarios, cumplamos con nuestros compromisos y no seamos prisioneros de
nuestros caprichos.
No se nos
pide que cambiemos nuestra forma de ser, sentir o pensar, simplemente se nos
pide que pensemos en el futuro del
colectivo, teniendo en cuenta sus necesidades, intereses, ilusiones,
deseos y todos trabajando en la realización de un proyecto común.
El compromiso
es el grado de implicación que cada persona pone a disposición de lograr sus
metas y objetivos. Cada voluntario tiene unas metas y unos objetivos, todo
depende de las personas a las que se atiende. No es lo mismo entrenar a
personas con discapacidad para competir, que buscar la salud de las personas
con otras necesidades. Por todo ello, cada uno desde enfoques diferentes,
pueden llegar al cumplimiento de sus objetivos, sin interferencias.
“No hay vientos favorables para el que no
sabe dónde va”, decía Séneca. Es verdad y además podemos comprobarlo en la
actitud y comportamiento de… Lo dejo así.
Cada uno de
nosotros de los voluntarios, reflexionemos y hagamos un profundo examen de todo
aquello que hacemos en nuestro trabajo cotidiano con estas personas tan
maravillosas.
“Las cosas son imposibles mientras lo
parecen”. Todos hemos de luchar, desde nuestra parcela, para que las cosas
sean posibles, incluidas, las relaciones humanas.
Un abrazo para
todos los voluntarios