Rafael Mingo
Hace unos días viví en mi familia un suceso que podía haber
terminado en una verdadera tragedia. Hubo suerte y, dentro de la gravedad,
podemos estar felices, aunque eso sí, enfadados y muy enfadados con el
comportamiento antisocial e incívico de algunas personas visto como actúan con sus mascotas en ciudades y pueblos.
Los excrementos de perros invaden las ciudades: aceras,
jardines y otros lugares prohibidos para “depositar” dichos elementos tan
perjudiciales, especialmente para personas con algún tipo de discapacidad. Esto
precisamente fue lo que ocurrió en CASTELLÓN, en una de sus aceras, a una
persona con prótesis en una de sus piernas y que necesita apoyarse en una muleta para poder
caminar por la ciudad. La muleta fue a parar a la “mierda” del perro, patinó y
mi querido, muy querido familiar, fue al suelo. Al caer se golpeó en la
espalda, muñeca y codo.
¿Quiénes son los responsables? Primero el dueño del
perro, indiscutiblemente, con su comportamiento incívico, irresponsable,
antisocial y falto de concienciación. No
me olvido de los “servidores” públicos, estos también son responsables de tales
hechos. Ellos son los encargados de dictar normas y hacer que las mismas se
cumplan, algo que está muy lejos de ser realidad.
Recordar a los “servidores” públicos que no se olviden de
hacer cumplir las normativas a tal efecto, por ejemplo aquella que dice: “Los propietarios de mascotas están
obligados a recoger los excrementos que depositen sus mascotas en lugares no
autorizados…”
A la ciudadanía en general quisiera hacerles reflexionar
sobre este grave problema, que lo es para todos y muy especialmente para las
personas con discapacidad, pensemos en las personas invidentes.
Alguna vez, caminando por la calle, todos hemos estado a
punto de pisar tan desagradable “regalito”, e incluso lo hemos pisado. Piensa
un poco que esto, que te ha podido ocurrir a ti, con más facilidad y peligro le
puede ocurrir a una persona invidente, en silla de ruedas, con muletas o
cualquier otro impedimento de discapacidad física.
Las ciudades son para todos y todos tenemos los mismos
derechos, por eso, todos, hemos de cumplir las normativas, para que aquellas
personas con discapacidades físicas o sensoriales no se vean perjudicadas.
Comparte este escrito para que muchos ciudadanos puedan
beneficiarse y que esto sea un granito más para que así las personas
responsables encargadas de hacer cumplir las normas, se lo tomen en serio.
Querida familia, te deseo pronta recuperación para que
puedas seguir con la gran y hermosa tarea que realizas en tu casa con tus
tres hijos y tu marido, siempre entregada a su educación y al resto de los
numerosos trabajos que llevas a cabo a lo largo de cada jornada.
Te doy la
enhorabuena (que ironía) porque la caída haya quedado, en principio, en
numerosos dolores por todo el cuerpo,
sabes que pudo ser fatal; eres valiente, muy valiente y, sé que vas a
luchar para volver a la “tarea” cotidiana, interrumpida por un irresponsable
e incívico ser “humano, que dejó los
excrementos de su perro, allí, en la acera, pensando que él está solo en el
mundo. Se olvidó de ti, ser maravilloso
que no merece estos hechos tan despreciables, tampoco el resto.
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