Rafael Mingo
Son muchos los estereotipos que impiden al mundo de la discapacidad participar e integrarse en la sociedad como ciudadanos, en igualdad de condiciones pero con sus diferencias.
Las personas con discapacidad tradicionalmente han venido sufriendo el distanciamiento de una sociedad que les apartaba e ignoraba. Hoy en día, en muchas circunstancias, siguen desgraciadamente produciéndose hechos que revelan cuanto digo. Sin duda hemos mejorado y nos hemos acercado al mundo de la diferencia, aunque, también es verdad, seguimos actuando como una sociedad llena de prejuicios y con un profundo desconocimiento hacia las personas que muestran sus diferencias con naturalidad, buscando la inserción y no la exclusión. Una profunda reflexión por parte de todos los “normales”, sería parte de la solución al problema del mundo de la discapacidad. Cada peldaño, cada avance, por pequeño que sea en el mundo de la discapacidad, nos enriquece a todos y a ellos les acerca a hacer realidad sus sueños.
Se dictan normas y leyes, desde todos los organismos nacionales e internacionales, buscando la equiparación del mundo de “distintos” con ese otro mundo llamado de “normales”. Cuando las leyes se dictan pero no se cumplen, los avances son inexistentes, esto es frecuente respecto a los discapacitados. Problemas en el acceso a la salud, educación, empleo, ocio y cultura y…¿para qué tantas leyes?
Son muchas las cosas que pueden realizarse para que el mundo de diferentes sea conocido y su integración sea una realidad. Los medios de comunicación son una de esas herramientas fundamentales para el logro de dicho fin. Estos medios son creadores de imágenes y conformadores de identidades colectivas, por todo ello, son imprescindibles a la hora de sensibilizar a la opinión pública y potenciar de manera extraordinaria los efectos que las medidas legislativas deben tener en las diferentes esferas sociales. Para ello deben centrarse en el núcleo central de los problemas que afectan a este colectivo, entre otros: barreras arquitectónicas, acceso al empleo, atención sanitaria personalizada, educación especial, deporte adaptado y un largo etc. Siendo todo esto de suma importancia, no lo es menos la forma en la que se trasmita el mensaje a la sociedad. Las personas con discapacidad no solamente son “receptoras de ayudas”, son personas de carne y hueso, capaces de realizar gestas extraordinarias y que poseen cualidades y capacidades maravillosas. Por todo ello, los medios de comunicación, han de cuidar con exquisitez el lenguaje a la hora de dirigirse a estas personas. Aún se escucha, por desgracia en el siglo XXI, un lenguaje discriminatorio y estigmatizante al poner el énfasis sobre la discapacidad antes que la condición de la persona. El lenguaje es una herramienta transcendental que condiciona la representación mental de cualquier realidad social. Elegir las palabras con las que dirigirse a este colectivo, es fundamental, como también lo es el espacio utilizado en los diversos medios, actualmente muy desproporcionado con el mundo de “normales”.
En la plena integración de las personas con discapacidad, es sin duda de vital importancia la implicación, sin fisuras, de los medios de comunicación para que la sociedad, a través de las imágenes que en los diversos campos y actividades nos ofrecen estas personas, sean el ejemplo más claro de todo aquello que son capaces de realizar.
“La vida es el mayor arte que existe y saber vivir es ser un gran artista. Vivir las veinticuatro horas de un día intentando superar los momentos difíciles, sabiendo disfrutar de los momentos agradables que nos presente la vida, eso es vivir; y vivir siempre merece la pena, hasta el final, hasta que el Maestro de nuestra acuarela decide que nuestro cuadro está terminado a su gusto y sólo le queda poner la fecha y la firma.” (Olga Bejano, pentapléjica y autora de varios libros). La misma autora nos expresa este pensamiento tan profundo: “Cualquier vida es única e irrepetible y tiene tanto valor como otra. Si hubiese una vida sin importancia, ninguna sería importante.” Otro ejemplo maravilloso: “No tengo complejos de ninguna clase; la vida sigue y yo también. Lo único que quiero es que me miren con dignidad”. (Jazmín Esparza, tetrapléjica).
Es un honor para mi terminar este pequeño artículo, con frases tan hermosas que describen con total nitidez aquello que he pretendido expresar. ¿Vale la pena luchar por el mundo de la discapacidad? Mi respuesta es, SÍ. Miremos con dignidad al mundo de la discapacidad.
Ojalá se cumpliera esa frase tan maravillosa, dejarían de haber problemas en la sociedad si todo el mundo sintiera que cualquier vida tiene el mismo valor que otra.
ResponderEliminarAsí es. La frase en cuestión adquiere más importancia si cabe, al ser pronunciada por una persona discapacitada. Pero efectivamente, cualquier vida tiene el mismo valor que otra.
ResponderEliminarCuanta razon tiene Olga en lo que nos dice y tu tambien en lo que los medios informativos tendrian que apoyarnos mas pero hay lo que hay amigo Mingo.
ResponderEliminarEn el año 2006, un discapacitado lograba culminar el techo del mundo, con dos piernas artificiales. Fue Mark Inglis quien superó los 8.848 metros. Lo que quiero resaltar es que, un periódico español, no quiero nombrarlo, es un periódico importante, daba la noticia en un rinconcito de una página. Si hubiera sido Ronaldo (seguro que no lo haría), solo el título de la noticia, hubiese eclipsado la página entera donde apareció la noticia de Mark. Que tristeza, en el siglo XXI siguen sucediendo las cosas de la misma manera.
ResponderEliminarEl lenguaje puede crear diferencias o puede integrar a las personas, estas personas no necesitan compasión por sus limitaciones necesitan sentirse parte de esa definición de humanidad que no hace diferencias.
ResponderEliminarLa humanidad, del latín humanĭtas, hace referencia a la naturaleza humana, al género humano o al conjunto de todas las personas del mundo, no existen diferencias en esta definición, no las creemos nosotros en su día a día cuando ellos son ejemplo de superación de esfuerzo, dejemos que vivan esa vida que tan maravillosamente define Olga Bejarano, hasta que el maestro la ponga punto final y la firme.
Solo piden Humanidad y empatía para una vida digna.
Precioso Articulo, Rafael
Javier Benavente
Has nombrado a una mujer extraordinaria, maravillosa, poderosa, luchadora, increíblemente viva y llena de vida a pesar de sus impedimentos y sufrimientos. Como bien dice ella, cada día que amanece aparecen nuevos sufrimientos. También nos dice:”Creo que todavía puedo aportar algo al mundo”. ¿No es esto maravilloso?, ¿cómo nos podemos cruzar de brazos ante estas extraordinarias personas?, ¿Cómo la prensa no aporta nada a la sociedad sobre los logros de estas personas? Ellos y ellas, son mis héroes. Las gestas más hermosas las realizan ellos y ellas. ¿Dónde está la prensa para nombrar aunque solo sea una palabra sobre ellos, los discapacitados? Buscan integración, buscan solidaridad. Aquí los míos tienen un lema: Hoy por mi, mañana puedes ser por ti.
ResponderEliminarCada día que estoy con ellos, me transformo en ellos. Encuentro en ellos mi equilibrio y veo que mis esfuerzos valen la pena. Son todos ellos un verdadero ejemplo de superación.
Gracias a todos aquellos que os asomáis a mi Blog para leer las cosas que Mingo escribe. Es un honor y una gran satisfacción, saber que estáis ahí. Gracias Javier.