POR UN FUTURO JUNTOS

Rafael Mingo

Él tenía piernas, de repente...

¿Has imaginado tu vida de forma distinta a la actual? Si un día amanece y tus ojos no perciben luz, de repente has comenzado a ser un discapacitado. Tu vida ya nunca será la misma que has conocido. También a ti puede ocurrirte algo parecido; tal vez un día, de repente, pierdas la capacidad de hilvanar palabras, pensamientos, recuerdos. Quizá tus piernas no te sirvan para andar, correr, saltar.

También él tenía muchos  sueños

Quiero que pienses en todos estos casos: cientos, miles, millones de seres humanos que no pueden realizar su vida como quisieran y que son llamados discapacitados. Piensa en esto, pues en cualquier momento, tú, que ahora eres una persona “normal”, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, puedes comenzar a formar parte de esos más de tres millones de españoles que tienen alguna discapacidad. La gente te discrimina, no encuentras o te despiden del trabajo y, por supuesto, te sientes solo. Así se sienten miles de personas que, como tú, un día fueron “normales”. O quizá nunca lo fueron porque nacieron con una discapacidad. ¿Has pensado en todas estas personas? ¿Has pensado que las discapacidades no son patrimonio de nadie y si de todos? ¿Has pensado cuántos de ellos se sienten solos? La discriminación hacia este colectivo es un mal enraizado a nivel mundial que no distingue raza, nación ni credo. Lo “distinto” siempre genera rechazo y exclusión social, ¿lo has observado?  Desgraciadamente vivimos en la “cultura de la imagen”, donde la banalidad y el culto al yo sobresalen por encima de los valores sociales y de generosidad. Por eso, entre otras muchas cosas, prima el individualismo y la supervivencia del más fuerte o del más “guapo”. En definitiva, vivimos en una sociedad de “normales” vacía de solidaridad e IGUALDAD PARA TODOS. Quiero profundizar en tu sensibilidad como ciudadano en un mundo hecho para “normales”. Otra cosa: ¿sabías que hay más de seiscientos millones de adolescentes discapacitados en el mundo? ¿Eres consciente de que todas estas personas tendrán más dificultades mientras sean tratados como “distintos, peores”?

Afortunadamente, la discapacidad está recibiendo una creciente atención, no solo en España (donde vamos avanzando lentamente) sino en todo occidente. En parte esto se debe a las miles de asociaciones y voluntarios que luchan día a día para concienciar a la sociedad que la igualdad es un derecho PARA TODOS.  Las personas con discapacidad han recorrido ya un largo camino hacia la consecución de la ciudadanía de pleno derecho, pero son todavía muchos los obstáculos físicos y las barreras sociales que limitan su integración social. Entre estos obstáculos se me ocurren los siguientes: el acceso a la educación, al empleo, a la protección social, a la salud, a la cultura, a los medios de transporte, a la información. No quiero decir que esto sea así en términos absolutos, sólo quiero expresar con claridad que no pueden acceder en iguales condiciones que el resto de personas.

Desde su silla...lo da todo

Por eso pido a esta sociedad elitista, que  tenga una especial sensibilidad hacia las personas con discapacidad y hacia sus derechos básicos y todos juntos luchemos por la libertad, el bienestar y la dignidad de todos, incluidos los discapacitados, en todos los rincones de la TIERRA. En definitiva: busquemos y encontremos los caminos para un futuro verdaderamente humano de la discapacidad.