Rafael Mingo
Como cada lunes, jueves o…la Asociación de Personas
con Discapacidad COCEMFE MAESTRAT y su CLUB BAMESAD, se desplazó a un centro de
enseñanza para impartir una sesión de Deporte Adaptado, Concienciación y
Barreras en Centros Escolares, esta vez ha sido, de nuevo, en el IES de
Camarles. Allí nos recibió Esther Santos que es la responsable del Departamento
de Educación Física del Centro y también del Club BAMESAD. Todo estaba
preparado para comenzar la sesión que, como siempre, hicimos con una charla
teórica que recibieron los alumnos de 1º de Bachillerato y que más tarde,
repartidos en tres grupos, practicaron por orden rotativo: Baloncesto en Silla, deporte que tiene sus orígenes hacia el año
1946 y que fue inventado por ex jugadores profesionales del baloncesto
normalizado que habían sufrido lesiones de guerra. Como siempre, los alumnos se
lo pasaron genial al mando de Josep Gilabert y Oliver Gil. Decir que el
Baloncesto en Silla lo juegan personas con discapacidad Física.
La
Boccia, deporte similar a la Petanca, forma parte de estas
jornadas. Este deporte está destinado a personas con graves afectaciones por
parálisis cerebral y otras discapacidades físicas severas. Todos lo hacen desde
su silla de ruedas. No se puede hablar, el juego se realiza a base de señas.
Los alumnos se lo pasan bien y comprueban las dificultades que entraña, jugar a través de gesticulaciones. La actividad
fue dirigida por Ramón Meseguer, quien divierte con sus explicaciones al
alumnado.
El
Goalball es el tercer deporte que impartimos en estas
jornadas. Es un deporte destinado y creado específicamente para personas
invidentes o con deficiencia visual; todos los jugadores van tapados con unas
gafas oscuras, totalmente opacas, se juega con un balón de tamaño del balón de
Baloncesto, el cual está relleno de cascabeles y otros objetos que al sonar
orientan al jugador. Este deporte fue dirigido por Manolo Celma quien, con sus
“gritos”, logra que los alumnos vibren y se lo pase extraordinariamente bien.
Sin duda alguna, con estas jornadas y este formato,
logramos fomentar en todos los niveles del sistema educativo, una actitud
positiva respecto de los derechos de las personas con discapacidad y poco a
poco observamos que, a través de nuestro trabajo, la integración e inclusión
están más cercanas. El respeto hacia este colectivo, cada día es mayor. Falta
mucho, pero estamos en el buen camino.